Al aportar recientemente un comentario en uno de los Blogs que recomiendo aquí, me dieron ganas de retomar un tema que suele indignar a las personas que vivimos mediana y concientemente informadas: la especulación. Modificaré mi aporte en ese Blog para exponer el tema aquí.
Lo que contaré a continuación describe la patética transformación de una noble iniciativa en un acto irracional de consumo masivo que no beneficia a nadie, mas que al especulador y que desvirtúa totalmente el concepto original que inició la cadena de eventos relacionados con la misma.
Érase una vez, una compañía acusada de uno de los peores
modus operandi en los que se pueda incurrir: utilizar mano de obra esclavizada.
Nike produce excelentes productos para Europa, Norteamérica y Japón, muchos de los cuales son completamente fabricados por mano de obra, fundamentalmente asiática, bajo una relación de trabajo que sólo puede ser descrita como esclavitud y que discutiré en otra ocasión.
Sin embargo, esta situación es desconocida para quienes
viven en La Nube mediática, es más, ellos sólo conocen la cara bonita de la moneda. Esa cara es reforzada por iniciativas, realmente nobles en su concepto, que mantienen la imagen de una compañía socialmente responsable.
La más reciente campaña de
Nike en ese sentido es “
LiveStrong” en la cual, mediante la fundación
Live Strong, ayudan a la lucha contra el cáncer, abanderando la lucha personal y el compromiso social, de un gran atleta del ciclismo: Lance Armstrong.
La idea es simple: colaborar con LiveStrong colocando en el mercado una pulserita amarilla, muy bonita, con la palabras LiveStrong grabadas en ella. La misma se vende por US$ 1 (un dólar), la gente la compra y se siente chévere porque colaboró con Lance en su lucha y todos esos fondos van íntegros a la fundación y sus iniciativas.
Se han vendido mas de 10 millones de pulseritas. Y
Nike puede llenarse
la boca Mercadotécnica publicando, en
La Nube, lo buena y socialmente responsable que es su compañía.
Ahora, el impacto de la campaña fue mayúsculo. Mucha gente, especialmente los mas jóvenes, compró y usó la pulserita. No tener una era como decir: - Yo no fui capaz de poner ni un dólar para la lucha contra el cáncer -.
Otros, en lugares del planeta lejos de los países poderosos para los que
Nike opera, vieron la pulserita en las muñecas de sus conocidos y amigos, o de la gente en la calle, y dijeron: - ¡Yo también quiero una! - y generaron presión en sus mercados locales por el
producto.
Ahora la parte patética:
Érase una vez, un especulador que abastece directamente al mercado Venezolano y que compra en Miami, digamos, 1000 (mil) US$ de pulseritas (1 US$ c/u) y contribuye con la lucha contra el cáncer. Las lleva a Venezuela en su maleta y si le preguntan en la aduana, les dice que va a regalarlas en una fiesta o algo así. Ya en Venezuela las vende al detal en Bs. 25000 (veinticinco mil Bolívares) cada una - argumentando que son originales, que él tuvo que pagar el viaje y que el
castrocomunismo nuestro le obliga a pagar impuestos, bla, bla, bla, etc. -
Obviamente, él se hace el loco con las facturas de venta o nadie se las pide porque recién estamos creando una cultura fiscal para ello y convierte las 1000 pulseritas en Bs. 25000000 (veinticinco millones de Bolívares -
11628 US$ - ) de los cuales ni medio Bolívar partido por la mitad va a contribuir con nada. El rendimiento aproximado de la operación:
1160 % y el resultado: El especulador amasa una fortuna auspiciada indirectamente por
Nike y por el
snobismo irracional de nuestra
clase media Venezolana.
Y la demanda en el mercado local es tan grande, que el especulador de nuestro cuento puede fácilmente llegar a obtener
un rendimiento aún mayor o a viajar varias veces, antes de que el fenómeno se agote.
¿No es éste un patético ejemplo de cómo quienes viven en
La Nube, expuestos a
Mercadotecnia que les lava el cerebro, son capaces de obtener a cualquier precio aquello que las presiones del mercado les impone?
“Ignorance is bless” suelen decir en EE.UU.
Quien vive aislado,
por elección u omisión, de la Información Económica y se deja llevar por la Información de Mercadeo de
La Nube, suele incurrir en gastos que algunos consideramos completamente superfluos. Lo que esta “de moda” presiona especialmente a los mas jóvenes para consumir estos bienes superfluos.
Detener la especulación como forma de corrupción es una
corresponsabilidad ciudadanía-gobierno. Creo que dar el paso de la simple queja a la denuncia formal, es vital para cambiar para bien a un país como Venezuela. Y obviamente esa meta nos interesa a todos, independientemente de nuestra filiación política.
Así, para finalizar, puedo comentar que la primera vez que tuve contacto con la situación que he relatado, mi indignación fue tan grande que hice las primeras denuncias formales de mi vida y el resultado: Dos locales comerciales multados y cerrados por evasión de impuestos y oferta engañosa. El
SENIAT y el
INDECU en Venezuela comenzaron,
felizmente y hace ya mucho tiempo, a funcionar.
El Poder de Uno diluyendo a
La Nube.