Los ánimos de los políticos europeos.En la víspera de la reunión del
G8 mañana, en
Gleneagles – Escocia, el Presidente Francés Jacques Chirac, hace chistes sobre lo predecible que son los ingleses, mientras el mundo entero espera decisiones trascendentales en la misma.
Chirac, en su entrevista del domingo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, y con el canciller alemán, Gerhard Schröder y
reseñada en varios medios de Europa, señaló que los británicos
“lo único que han hecho por la agricultura europea son las vacas locas” y que
“no se puede confiar en gente que tiene una cocina tan mala: después de Finlandia es el país en el que se come peor”, refriéndose a la falta de voluntad de Londres en la
Política Agraria Común. Schröder y Putin no se quedaron atrás e hicieron referencias sarcásticas sobre los franceses también. Todos rieron.
¡Tal vez!, ¡tal vez no!Se podría pensar que un clima tan cordial de
amistad y fraternalismo depara buenas cosas para el futuro inmediato, sin embargo ya el
Nerón Neo-Imperial ha desanimado declarando ayer:
“Realmente no veo nuestras relaciones como unas de quid pro quo”,
“…Tony Blair tomó decisiones sobre lo que consideró que era la mejor forma de mantener la paz y ganar la guerra contra el terror, como yo lo hice. No voy a la reunión del G8 tratando de hacerlo lucir o quedar mal, sino con una agenda que pienso es la mejor para nuestro país”, ha dicho G.W. Bush, refriéndose a que no hará nada extraordinario para apoyar al primer ministro británico, anfitrión de la reunión.
Michael Jay, representante de Blair en negociaciones previas a la cumbre del
G8, dijo ayer en Londres que
“no será una discusión fácil”, refriéndose al tema del Cambio Climático Global,
“…siempre va a ser un tema difícil. Existen diferencias de opinión, particularmente acerca de las evidencias científicas”.
Por lo visto las bromas de Chirac resultan premonitorias, pues el presidente francés parece saber que la voluntad, de encaminarse hacia un acuerdo sobre el calentamiento global, de los otros países miembros del
G8 (Canadá, Alemania, Italia, Japón y Rusia) estará en directa contraposición a la falta de voluntad de EE.UU. y el presionado y predecible Reino Unido.
Bush sentenció el asunto comentando lo siguiente:
“Si esto -el plan del G8- se parece a Kioto, la respuesta es no. El acuerdo de Kioto habría destruido nuestra economía”, refiriéndose al
acuerdo de Kioto, que establece objetivos para reducir los gases de efecto invernadero, el cual Estados Unidos ha rehusado ratificar.
Si quien lee estas líneas quiere ampliar lo que he reseñado en los últimos cuatro párrafos, puede subscribirse a
The New York Times y buscar el artículo de hoy de
Alan Cowell.
Por otro lado puede leerse entre líneas, al revisar las noticias europeas, que cualquier acuerdo con
economías del tercer mundo para transferir tecnologías o condonar deudas estará supeditado a la
apertura neo-liberal de sus mercados.
La Nube no muestra lo que hay detrás de su
niebla.
¡Ahora es cuándo!Mientras todo ésto se desarrolla en la esfera política, las calles del mundo se comienzan a calentar con el tema, movimiento impulsado principalmente por las
ONG ambientalistas -las de verdad, no las de maletín- y por personalidades públicas sensibilizadas por estos temas. Bob Geldof, por ejemplo, aquel protagonista fílmico de La Pared de Pink Floyd, impulsó junto a otros, los conciertos
Live 8 en sitios tan distantes y distintos como: Londres, Tokio, París, Berlín, Roma, Moscú, Johannesburgo, entre otros.
Reseñados por la agencia
EFE, Geldof, junto a Bono -de
U2- y el cineasta Richard Curtis publicaron una carta abierta dirigida a los Presidentes del
G8:
“Haced más de lo que se espera, no lo mínimo que podáis. Sabéis lo que hace falta para que las cosas cambien, para invertir la extrema pobreza, para comenzar a salvar las vidas de millones de hombres, mujeres y niños”, dicen.
“…nadie, absolutamente nadie en el mundo cree que lo que ocurre esté bien”. En los conciertos Live 8,
“…millones y miles de millones de personas participaron, en un gran acontecimiento que quería dejar claro precisamente eso”…
“Esos millones de personas no saben cómo poner fin a esas muertes, pero están deseando que se haga algo y ya”, afirman Geldof y sus compañeros.
“Esas muchedumbres han enviado un mensaje a los líderes del G8 para que hagan frente a una situación de crisis, a una tragedia totalmente inaceptable en los albores del siglo XXI”, agregan.
En la carta recuerdan además que,
“un niño muere cada tres segundos en el mundo mientras que millones son víctimas de enfermedades evitables y curables, y hay países africanos donde la esperanza de vida es de menos de cuarenta años”.
Pregunto ahora, ¿no es esta la voz, de
los que ya hemos caído de
La Nube? ¿No compartimos estos sentimientos incluso con muchos de
los que aún son presa de
La Nube y
viven entre la bruma de un
mundo virtual en el que
todo parece estar bien?
Mañana y
pasado tenemos la oportunidad de
protestar, de
exigir.
Para información adicional sobre el tema, pueden correr una búsqueda en Google:
AQUÍ.