Ya me había olvidado un poco del tema Mercenaries 2, al menos mientras lograba tomar la foto que me sugiere el pana Rafa, en los comentarios de mi post anterior sobre el juego, que muestre que el sitio de la imagen siguiente, verdaderamente existe «Avenida 4 con Calle 24, Mérida - Venezuela».

Hace poco había leído sobre los reclamos del la Red de Solidaridad con Venezuela, en Estados Unidos, buscando apoyo para impedir que el juego saliese al mercado. Hoy, navegando por ahí, se me ocurrió revisar el nuevo material disponible en el sitio oficial del juego.

Lo que obtuve, luego de escarbar un rato, reafirma mi conocido convencimiento de que las casualidades no existen y la validez del contenido conspiranoico que suelo publicar.

La imagen anterior es una captura, en la mejor resolución que pude obtener, del logo de Otpor y la palabra P.L.A.Y. que se puede ver en el segundo 56 del trailer publicado por Pandemic Studios, en Junio pasado, en el sitio oficial del juego. Acto seguido dejo una copia del trailer disponible en YouTube, pero en serio te recomiendo verlo desde el sitio oficial del juego.



Una de dos: o uno de los líderes del proyecto es un infofrénico antichavista, o el hoyo va mucho más profundo, conspiranoicamente hablando.

Repito: "Trust no one. Not even us. Read what other people are saying.":

La salida, de las versiones multiplataforma del juego, está programada para finales de 2007.

Etiquetas: Conspiraciones, Golpe, Mercenaries 2, Otpor, Venezuela, War Games

Etiquetas: In memoriam, Syd Barrett

Hemos estado viviendo días de fútbol, alegría por convicción e imbecilidad tele-dirigida [1]. Difícil no reaccionar a esta última, para alguien visceral como yo. La cuestión es, tal como lo expuso Ney hace unos días, hay quienes están dispuestos a llevar el enfrentamiento político a escenarios en los que la mayoría de nosotros esperamos encontrarnos como una sola nación.

Podría escribir un post de la serie púdrete al respecto. Tal vez lo haga y muy seguramente llevará el predecible título de 'púdranse'. Pero mientras tanto canalizo la arrechera «rabia» que me produce ver tanta individualidad entre mis nacionales, a través del talento de mi compatriota y excelente periodista, Eduardo Rothe, quien ha expresado exactamente lo que siento, en su artículo publicado por Aporrea.org, hoy. Por lo visto Eduardo también se arrechó, aunque probablemente por otra razón:

El problema no eres tu, imbécil.
Jueves, Julio 5, 2007
por Eduardo Rothe

Ni siquiera eres. Tu insignificante vida sólo ha sido una carrera tras el dinero que da poder y el poder que da dinero, sin jamás conseguir lo suficiente, ni otra cosa que tu propia miseria aumentada. Gozas sin pagar de la generosidad del mundo y las leyes que te atribuyen la inmerecida condición de humano, y hasta crees, en tu inflada vanidad e injustificable ambición, que la gente escucha y aprueba tus crapulosas mentiras. No te hagas ilusiones: el problema no eres tú, imbécil.


El problema tampoco son tus empleados, plañideras, histriones y bufones que bailan por la plata como el perro, y se dicen parte de “una gran familia”. Nuestro Señor Padre Capital no tiene madre ni hijos. Sólo deja huérfanos, como los de las “familias” Vencemos, Creole, Goodyear, Procter & Gamble, Sidor, etc. Como los millares de huérfanos que dejaría tu clase si vuelve al Poder e intenta hacernos regresar al pasado.

El problema es la oligarquía, de la que eres una versión pintada y engominada, tu clase “ejecutiva” que conspira impunemente y sin cesar para ejecutarnos. Tú apenas eres quien trajo el primer megáfono a la aldea, para elogiar por dinero al comercio, y a los concejales en tiempo de elecciones. Nada de lo que dices, zumo de odio y guarapo de despecho, tiene algún sentido. Porque es falso, de toda falsedad, como tú mismo. El problema no eres tú, imbécil.

El problema son los tiempos que vivimos y la generosa empresa de una revolución en paz y democracia. El problema es una Patria por construir en el país carcomido que dejaste. El problema somos nosotros mismos, intentando dejar de ser para ser mejores. Cómo curar en una década dos siglos de injusticia, cómo no parecernos a ti, esqueleto maquillado. El problema es el Milenio, el problema es el mundo, el problema es el fin de un sistema y el nacimiento de una era. El problema somos todos. El problema no eres tú, imbécil.

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