No reinventar la rueda, una cuestión de convicción.


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Me convencido de que es necesario que todos estudiemos la historia, y en especial la historia de la civilización occidental, desde sus albores.

He llegado a pensar así, porque vislumbro de que una claridad histórica puede despertar en nosotros, la necesidad de no repetir la historia, de lograr avances significativos justamente allí en donde no se han logrado aún. Si bien hay mucho de indómito y animal en nuestra naturaleza, también está en nosotros, el innovar, el mejorar, el llegar más lejos.

Entiendo ahora mucho mejor a quienes, a veces inconcientemente incluso, luchan todos los días por superarse.

Hoy se hace necesario que seamos mejores, de ello tal vez depende la supervivencia de nuestra especie en el planeta. No se trata de continuar el camino que nos traza el paradigma bajo el que vivimos. Se trata, tal vez, de ubicar esos problemas que han quedado olvidados en los tiempos y darles solución o al menos, intentarlo. Eso nos daría la gracia de ser grandes individuos.

Dejo a quién este leyendo aquí, un ejemplo de lo que la claridad histórica y el compromiso por mejorarse a si mismo y a su entorno pueden logar en una sola persona, recogido en un evento de hace 200 años:

El juramento hecho a los 22 años por Simón Bolívar, en presencia de sus amigos Simón Rodríguez y Fernando Rodríguez del Toro, en Roma el 15 de agosto de 1805 :

«¿Conque éste es el pueblo de Rómulo y Numa, de los Gracos y los Horacios, de Augusto y de Nerón, de César y de Bruto, de Tiberio y de Trajano? Aquí todas las grandezas han tenido su tipo y todas las miserias su cuna. Octavio se disfraza con el manto de la piedad pública para ocultar la suspicacia de su carácter y sus arrebatos sanguinarios; Bruto clava el puñal en el corazón de su protector para reemplazar la tiranía de César con la suya propia; Antonio renuncia los derechos de su gloria para embarcarse en las galeras de una meretriz; sin proyectos de reforma, Sila degüella a sus compatriotas, y Tiberio, sombrío como la noche y depravado como el crimen, divide su tiempo entre la concupiscencia y la matanza. Por un Cincinato hubo cien Caracallas, por un Trajano cien Calígulas y por un Vespasiano cien Claudios.

Este pueblo ha dado para todo; severidad para los viejos tiempos; austeridad para la República; depravación para los Emperadores; catacumbas para los cristianos; valor para conquistar el mundo entero; ambición para convertir todos los Estados de la tierra en arrabales tributarios; mujeres para hacer pasar las ruedas sacrílegas de su carruaje sobre el tronco destrozado de sus padres; oradores para conmover, como Cicerón; poetas para seducir con su canto, como Virgilio; satíricos, como Juvenal y Lucrecio; filósofos débiles, como Séneca; y ciudadanos enteros, como Catón.

Este pueblo ha dado para todo, menos para la causa de la humanidad: Mesalinas corrompidas, Agripinas sin entrañas, grandes historiadores, naturalistas insignes, guerreros ilustres, procónsules rapaces, sibaritas desenfrenados, aquilatadas virtudes y crímenes groseros; pero para la emancipación del espíritu, para la extirpación de las preocupaciones, para el enaltecimiento del hombre y para la perfectibilidad definitiva de su razón, bien poco, por no decir nada.

La civilización que ha soplado del Oriente, ha mostrado aquí todas sus fases, han hecho ver todos sus elementos; mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo.

¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!»


La imagen es de la pintura de tres temas de Tito Salas ubicada en el “Salón del Tríptico” en el edificio que actualmente aloja la Asamblea Nacional, en Caracas.

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Nubes(en)images.google.comFuente de las imágenes. Gracias a todos quienes comparten sus grandiosas visiones del mundo.

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