Seguramente el resultado de estas elecciones parlamentarias requerirá y obtendrá mucho análisis en los medios y seguramente éstos se harán con profundidad, en los medios alternativos.

En mi opinión la cosa va así.

El retiro de la una parte importante oposición -10,07%- de los diputados y suplentes postulados al parlamento venezolano -Asamblea Nacional- , a mi juicio, creó un espacio para la revisión de las posturas y propuestas de esa institución en los últimos tiempos y sobre todo de logros y perspectivas de la izquierda venezolana. En estos últimos siete años se han logrado grandes avances, pero también se han cometido y avalado muchos errores. Creo que esta revisión, entonces, a pesar de llegar antes de lo que muchos esperábamos, cae como anillo al dedo y es bienvenida por todos, inclusos por los opositores racionales.

Me alegró ver, por ejemplo, cómo el retiro de esa porción de la oposición y la subsecuente abstención de sus seguidores mas fieles -7% al 10%-, en la derecha venezolana, dejó espacios para la entrada de una mayor diversidad de izquierdas en la Asamblea Nacional. De hecho, según parece todos los diputados son de partidos de izquierda.

Esa nueva sangre ya se esta sintiendo al correr en las venas del parlamento. Me gustó ver, por ejemplo, la primera rueda de prensa -de más de una hora y quince minutos-, de un nutrido grupo de nuevos diputados desde el Palacio Federal Legislativo -sede de la Asamblea Nacional- hoy a las 12:00m.

En ella los diputados hicieron uno por uno un compromiso, en público, para representar no sólo a aquellos venezolanos que salimos a votar, sino a aquellos que se abstuvieron de votar. Además, la línea general de las declaraciones recoge una clara consciencia del tremendo compromiso de que deben asumir al enfrentar la necesidad de discutir los temas nacionales, dentro de una diversidad de izquierdas -lo cual es chévere, pero no absolutamente deseable-. La voz común en todos ellos, para hacer frente a esta situación, es desarrollar una actividad parlamentaria abierta a la calle.

Yo mismo pienso aprovechar esta apertura, preparando un compendio de ideas para entregarle a uno de los parlamentarios, cosa que nunca antes he hecho, ni pensé hacer.

Daniel Hernández diputado del estado Anzoátegui, en el Oriente del país, fue muy claro al proponer oficinas de la Asamblea Nacional en todos los estados, y así atender directamente a sus circuitos electorales y no hacer una actividad parlamentaria exclusivamente desde el palacio legislativo en Caracas. Gran cambio de paradigma, para lo que ha sido la historia parlamentaria de Venezuela.

Una de las personas por las que yo voté, Noielí Pocaterra, diputada de izquierda y representante de los pueblos indígenas, obtuvo en la región occidental, más votos de que los que eligieron al actual Gobernador del Estado Zulia, Manuel Rosales, de la oposición, traidor, golpista firmante del decreto redactado durante el Golpe de Estado del 11 Abril de 2002, que disolvió todos los poderes en Venezuela, por menos de 24 horas afortunadamente. El estado Zulia es el estado más importante del occidente del país.

Eso muestra cuán legítima es la representación de esta diputada y más allá, cuán legítima es la misma Asamblea Nacional, en la que un buen grupo de los diputados obtuvieron cifras récord de votación. Cifras que jamás lograron nunca en la historia, los diputados de los hoy desaparecidos partidos de la oposición.

En fín, bienvenido este nuevo tiempo para Venezuela, con una Asamblea Nacional de izquierdas y enfrentada al compromiso histórico de no fallar y profundizar nuestro proceso de Democracia Participativa. El balance general, en mi opinión, es muy positivo.